La Crísis Institucional en Guatemala: La Lucha Contra el Tabú: Escribe Fredy Ramírez Barrera.
Todo individuo tiene ansias de poder las cuales si son obstaculizadas convierten la necesidad de afirmarse a si mismos, en un desorden neurótico. Alfred Adler.
El desafío a las opiniones establecidas siempre acarrea una secuela de resistencia por parte de los sectores "conservadores". Albert Einstein decía que era más fácil desintegrar el átomo que un prejuicio. A pesar de los pesares hemos venido diciendo que la Ley No es Estática. Según el Dr.Thomas Harris (1) "las leyes proclamadas por la jurisprudencia No Son la Verdad Definitiva". y continua exponiendo que, "muchas leyes malas se han cambiado gracias a las protestas como actualmente presenciamos. Si no se toman en cuenta las protestas No Violentas debemos temer que el niño (colectivo) tome las riendas y se lance a los disturbios y la violencia". Finalmente explica, "la democracia solo puede funcionar si cuenta con un electorado inteligente, y un electorado inteligente es necesariamente un electorado adulto".
¿Qué significa todo esto? las élites "electoreras" de Guatemala siempre le han apostado a la ingenuidad, el abandono, la explotación y la pobreza del pueblo, pero sobre todo le han apostado al engaño, sabiendo que tenemos un gran porcentaje de analfabetismo, y de falta de instrucción, de tal manera que los electores desconocen no solo la ley, si no que a los mismos "actores" del tinglado electoral. El pueblo siempre ha sido engañado y la pretendida "democracia" que tanto defienden los corruptos, ha servido de tapadera de los más deleznables actos de saqueo al erario nacional.
Vistas así las cosas cabe afirmar que ese estado de impunidad tiene que llegar a su fin. El concepto que tiene que regir a la nueva institucionalidad se puede simplificar en los siguientes términos: El estado es un objeto que permite el juego sistemático de las corrientes ideológicas en boga, pero ese estado es propiedad del pueblo. Con el tributo del pueblo se pagan los empleados idóneos. Estos servidores del pueblo están llamados a ser honestos y humildes: "Es un Honor Servirle al Pueblo", pero debe de quedar claro que este tipo de contratos no es de por vida.
El pretendido cambio que se busca en Guatemala, la refundación del estado necesita del consenso del Electorado Pensante. Una elección realizada con niños no pasa de ser un juego. No se le podría llamar representativa. Esa es la actitud deplorable de la clase política que ha venido usufructuando el poder, un aferramiento absurdo para el interés colectivo. Nosotros, Usted y Yo, actuando como adultos, como pueblo emancipado, no podemos permitir que la economía social quede en manos irresponsables. Ese es el cuidado con el que tenemos que decidir el futuro de nuestro estado.
(1) Autort del libro Yo estoy bien Tu estás bien.
