viernes, 18 de octubre de 2013

"LOS HECHOS" (¿Cómo somos, cómo estamos y cómo debería de ser? Parte Tres y final. Escribe: Fredy Ramírez Barrera. DRA 18-10-13

En el mundo subdesarrollado del presente, se entiende “El Tercer Mundo”, las grandes mayorías siguen padeciendo algún tipo de represión. Casi todos crecimos al tenor de una visión engendrada desde la plataforma de lanzamiento de la “Cultura Oficial”, dígase mejor “La Cultura Comercial”, impuesta por el Marketing Internacional, quienes cuentan con la complacencia servil de todos los estados involucrados,  una verdadera invasión de nihilismo. Ese engendro de “aculturación” es protegido, y puede ser difundido sin previa censura, no importa que incluya, por supuesto, los ingredientes básicos necesarios, para provocar la perversión sexual, el sado-masoquismo, la corrupción, el latrocinio, el narcotráfico, la violencia, la criminalidad y demás hierbas. Este es “El Caldo de Cultivo” que está consumiendo nuestro niñez y nuestra desorientada juventud, a quienes se les implanta la utópica ilusión de que algún día podrán liberarse de esa contaminación psicológica ¿? y convertirse en el futuro de la patria…
Eso tiene que cambiar. No podemos a estas alturas del siglo XXI seguir pensando que no es posible democratizar la producción y el capital, mientras que el Primer Mundo hace gala de haber alcanzado el nivel de las grandes naciones, tomando en cuenta que, no solo le devolvieron al pueblo la dignidad de la democracia, si no que insertaron rigurosos programas de beneficio social, sacándonos una ventaja de carácter abismal, en cuanto a la protección de la que deben de gozar los sectores desfavorecidos en  sus respectivas poblaciones. Los programas de apoyo social con carácter de permanente, focalizado en las naciones pobres, es el fruto de una política fiscal disciplinada. Ellos han formado bloques económicos, superando los odios raciales y las históricas diferencias de clase, sanando de la enfermiza tendencia que los incita a monopolizar la producción, incluyeron en su agenda la humanización del bienestar colectivo. El dueño del capital necesita personas para que produzcan, cierto, pero estas personas también tienen dignidad, tienen familias que mantener, no son animales. Las máquinas finalmente tienen que ser operadas por seres humanos. Si no somos capaces de producir nuestro propio modelo de despegue económico, entonces no nos queda más que aprender de las naciones que han alcanzado el éxito. El punto clave para ellos consistió en combatir la corrupción, a partir de una formación moral sólida, y se está hablando de la buena voluntad,  y del anhelo humano de ser gente de bien, a partir de la certeza que se vislumbra cuando se tiene un dominio claro y necesario de la verdad. No se pretende tener una sociedad de santos. La santidad es una cuestión más profunda. la cual se podría tratar en otra entrada al blog. Ahora bien, ¿por qué insistieron en el tema de la moralidad y, por qué la moral y la ética son la piedra angular del edificio de la prosperidad? Pues, porque donde no existe ética, nace la corrupción ipso facto, y ésta se extiende hacia todos los estratos de una esfera geo-política específica, cercenando la posibilidad de tener un estado de legalidad, por medio del cual se acceda a la corrección de los eslabones torcidos que afectan a su respectiva vida social. Por eso, se insiste en observar que, el modelo desarrollado en el primer mundo procedió posteriormente, a implementar una legislación implacable, endureciendo las penas a los infractores. La evasión fiscal se penalizó con severas condenas. El funcionario público que incurría en actos de fraude al estado o enriquecimiento ilícito, tuvo que pagar el doble del castigo impuesto, y las propiedades de procedencia sospechosa fueron irremisiblemente confiscadas. En esa consecuencia, se deduce que, para instalar un legítimo “Estado de Derecho” en el Tercer Mundo, se hace necesario hacer cambios estructurales encaminados a situar en su lugar a los servidores del pueblo, así mismo a todos los que por el carácter de su actividad económica están llamados a rendir tributo, bajo la potestad de una legislación tutelar que no permita privilegios para nadie. Normalmente se escucha decir que nadie es superior a la ley: Lex Dura Lex. Claro que se puede actualizar la Carta Magna, utilizando el recurso de la enmienda, así lo han hecho las grandes naciones, pero, para realizar ese trabajo se necesita gente que haya desarrollado la capacidad de deducir las inducciones, hasta convertirse en doctos en la materia. El individuo que aprehende a razonar, conceptualiza la problemática social desde una perspectiva que va más allá de lo que aquí se entiende por “Educación Superior”. Los Códigos de Moral y Ética, con el que se rigen estas personas, lejos de ser la letra muerta que observan la mayoría de los egresados de nuestras unidades académicas, constituye una rigurosa práctica científica que sobre-pasa a la más elevada de las proyecciones singulares. Se hace hincapié en que, no basta con pensar, porque se sabe que la mente nos engaña. Tenemos que realizar un sobre-esfuerzo para poder ubicarnos en una dimensión más sensible, solo de esa manera se pueda llegar a tener la capacidad para captar cuales son los niveles necesarios de legitimidad, en las aplicaciones prácticas de la certeza. Esta es una tarea social. Hacerse el loco, o seguir manejando la típica indolencia que caracteriza a los ciudadanos, equivale a seguir dando palos de ciego, y nunca se podrá encontrar la senda confiable que saque a nuestro mundo subdesarrollado del fango en el que se encuentra. Dichas así las cosas brota la interrogante: ¿Cuánto tardaremos en alcanzar la estatura de una nación civilizada, económicamente desarrollada, profundamente respetuosa de la dignidad humana…? “Caminante no hay camino, se hace camino al andar..."
fUENTE DE iMAGEN: kispng.com

Guatemala, octubre de 2013.

Nota: 
Este es un blog de contenidos específicos, dedicado a todos los investigadores del conocimiento conceptual, a quienes agradecemos la deferencia de su participación y los mensajes personales de aliento. Muchas Gracias: El Autor.   

No hay comentarios:

seguidores